viernes, noviembre 02, 2007

CONVIVENCIA DIFÍCIL

He decidido no dejarme llevar más por la imaginación. Confieso que me cuesta un poco ignorar las cadenas que los fantasmas dejan en el paso, esquivar los monstruos agazapados en los rincones oscuros, no llevarle el apunte a los asesinos ocultos tras las puertas. Por suerte, los reptiles, desde que les hice un lugarcito en el freezer, están letargueando lo más panchos, y gracias al dragón, aunque cada dos por tres me chamusque las cortinas, ahorro bastante en calefacción. El problema más serio lo tengo con las cucarachas – de algún modo tengo que nombrarlas - pero, según mi vecina, eso le pasa a todos en el barrio desde que pusieron el frigorífico en la otra cuadra. Lo que no sé, y no me atrevo a preguntarlo, es si alguna de las que habita con ellos dice llamarse Gregorio Samsa y tener veleidades literarias.

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