martes, agosto 12, 2008

Extrañezas

No era un ángel, pero tenía alas. Aunque no las usaba siempre. Para poder levantar vuelo debían darse una serie de confluencias, una suma de circunstancias. La luz era el factor más importante. Sin embargo, muchos de sus mejores vuelos habían empezado en la oscuridad más absoluta. Y la luz, entonces, nacía de sus propias alas. (Imagen: "Vuelo", de Noel del Rosal Ortiz)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bello minirelato Sra. Olga.

Felicitaciones

Javier López dijo...

Hola Olga. Te había leído en Cuando despertó el dinosaurio, y ya sabes, el blog me había encantado (por cierto no os comenté que había publicado algo vuestro en http://www.blog-de-posts.blogspot.com
Pero este supera todo lo que he visto, y no es lisonja. Elegante, precioso, bellísimos textos, cautivadoras imágenes...
Un saludo: Javi.