lunes, octubre 29, 2012

Esto salió en la web de Cielo de Cartón (http://cielodecarton.com.ar)a propósito de mi último libro, Cuentibichos y otras yerbas poéticas, ya presentado oficialmente acá. Me voy pa' arriba (y... aunque sea de cartón, sigue siendo cielo, ¿no?)
ENTREVISTA A OLGA APPIANI DE LINARES “A medida que escribía me divertía más y más” La escritora nos presenta Cuentibichos y otras yerbas poéticas, su último libro sobre poesía. Nos cuenta sobre su trabajo con el texto, su escritura, su mirada acerca de la literatura infantil y la promoción de la poesía. Por Santiago Santillán “Un día, después de una de esas tormentas que convierten todo en río, vi unas hormigas ‘navegando’ en una hoja y se me ocurrió la historia de mi hormiga aventurera. Después empecé a pensar en otros bichos y situaciones y, de a poco, fue apareciendo el libro”, así relata Olga Linares el nacimiento de Cuentibichos. Si bien apunta una larga lista de referentes poéticos, cuenta: “La poesía no es un género que transite demasiado, pero a medida que escribía estos Cuentibichos me divertía más y más y me pareció que podían divertir también a los chicos”. Este pequeño mundo lo habitan poemas narrativos o historias rimadas. “Cuando era chica –y eso es tener memoria– me gustaban más las poesías que incluían una historia. Los romances, como el del Conde Olinos, me resultaban más fáciles de recordar y más interesantes; y tal vez eso permanezca en mi subconsciente, guiándome para elegir esa forma, más simple y accesible que otras”, recuerda la autora. En su bicherío aparecen nombres extraños, como Octaviana, Anacleto, Nicolasa o Nicanora, entre otros, la escritora explica: “En general, los busqué con cierta sonoridad y con un resabio a antiguo, a hispánico (supongo que volvemos al tema del romancero). Octaviana es la excepción, ahí pensé más en que remitiera a las ocho patas que cualquier araña bien nacida debe tener”. ¿Cómo fue el trabajo con el texto? Una vez que tuve la idea, empecé, como siempre, a buscar las palabras para expresarla de forma adecuada y poco trillada. Le huí todo lo que pude a los diminutivos, a las rimas convencionales, a las cristalizaciones del lenguaje, a las cursilerías. Traté de encontrarle la vuelta humorística, a veces con cierto nivel de sarcasmo y burla, para alejarme de los lugares comunes. Algunos de mis personajes son poco convencionales (como la princesa Luisa) o quieren salirse de los moldes impuestos por las tradiciones y las costumbres (como la abeja que abandona la colmena o la mariposa bibliotecaria). Marcela Silvestro me dijo una vez que en el fondo casi siempre hablo de la libertad y de las posibilidades de elección en la vida; en todo caso, no lo hago conscientemente, pensando en inculcar valores o en bajar línea, forma parte de mi personalidad, enemiga de toda imposición, medio rebelde y bastante crítica de muchas cosas aceptadas como “lo normal”. ¿Qué diferencias notás entre lo que llamamos poesía para adultos y poesía para chicos? Creo que, en parte, pasan por el concepto que el autor tenga de los chicos… Muchos los ven a través de unos anteojos hechos de clichés sobre lo que “deben ser”, no sobre lo que en realidad son. Existen muchas distorsiones en esa óptica condicionada, como considerarlos un nuevo sector de consumidores. La temática también es una diferencia. No se me ocurriría escribir sobre ciertos temas de abordaje difícil cuando hago poesía para chicos. No porque piense que ellos no puedan entenderlos, sino porque yo no me siento con la capacidad de tratarlos de forma adecuada. ¿Cómo crees que se puede promocionar la poesía infantil? Imagino que acercándole a los chicos poemas que no sean acartonados, cursis, demagógicos. Ellos se dan cuenta de las diferencias entre lo que les va bien y lo que no mejor que nadie. Creo que la escuela debe ser el medio que más contribuya a esa promoción. Lo fundamental es que no vean a la poesía como obligación, como imposición. La cosa debe pasar por lo lúdico, lo divertido, lo accesible… No empezar con esas pesadas poesías que solíamos ver cuando yo iba a la escuela, que parecían talladas en bronce…, o mejor dicho en plomo…

martes, octubre 23, 2012

Estuve de visita en el 5º grado de la escuela Juan B. Terán, C.A.B.A, invitada por su profesor, Marcelo Bello, junto a Andrés Sobico, para contestar preguntas de los chicos sobre nuestros cuentos publicados en la antología Un mes después y otros cuentos aterradores. Una hermosa experiencia, ya que previamente habíamos recibido textos de ellos para comentar y estuvieron muy pendientes de esas devoluciones y, al parecer, entusiasmados por tener allí a unos escritores que, para su sorpresa, "¿¡están vivos!?", como alguno le manifestó a Marcelo.Estas son las fotos tomadas ese día.

sábado, octubre 06, 2012

POR LOS MEDIOS...

Mi bebé está dando sus primeros pasos. Ya anda por las librerías, y parece que también ha frecuentado la redacción de Página/12. Pruebas a la vista.