viernes, septiembre 07, 2007

Amor de raíz y alas

Él está lejos. Y el amor y la distancia le duelen en todo el cuerpo. De tanto nombrarla, a su voz le nacen alas. Y así el corazón se le vuelve pájaro. Ella se muere de ausencia. En las noches cree oírlo, llamándola. Pero el alba le devuelve la tristeza del lugar vacío sobre la cama en duelo. Tal vez por tanto esperarlo, el alma se le vuelve raíz. La esperanza la llena de ramas, y en las ramas hay hojas. Como corazones verdes, suspiran en la brisa. Voz y corazón alados vuelan sobre desiertos hambrientos, que tratan de deslumbrarlos con sus cristales de oro. Pero ellos ignoran sus brillos áridos, seguros de que ahí no hay nada que pueda calmar su sed de ella. Mares de jade los llaman con voces de sirena y manos de espuma. Pero la roja flecha solo tiene oídos para la voz pequeña, casi inaudible, que tiembla más allá del horizonte. Cruzan montañas que acunan hielos en sus cimas. Hielos que no saben de amores ni tristezas, hielos silenciosos, dormidos en un sueño de agua aún no nacida. Cruzan bosques donde el musgo reina y selvas de orquídeas agobiantes. Su sombra frágil tiembla sobre ciudades erizadas de hierros y cemento, sobre pueblos blancos, sobre techos rojos. Escapando de águilas y halcones, agradecen la ayuda de los vientos compasivos que les son favorables. Una mañana ella, entre lágrimas verdes, ve llegar un ave en llamas. No la reconoce hasta que oye su canto. Porque el canto es su nombre.. Entonces alza las ramas llorosas, y todas sus hojas bailan para recibirlo. Y el corazón, fatigado pero feliz, anida en ella.

1 comentario:

Anónimo dijo...

SOBERBIO....

De lo mejor que he leido en mi vida...


Sigue asi!!!

Pablo Linares