miércoles, julio 02, 2008

Concierto

El día de su primer concierto tuvo sufrimientos extraños: se le hincharon piernas, rostro, vientre... A último momento debió alquilar un traje, ya que la creciente desmesura de su abdomen le impedía vestir el suyo, esperanzadamente nuevo. Su madre, esgrimiendo justificaciones sicosomáticas, le cedió un par de Valiums. Así, soñoliento y distante, pudo observar con cierta ecuanimidad la expansión sin pausa de su barriga; y a pesar de las náuseas insolentes, ni pensó en cancelar la presentación. A la hora señalada, sintiéndose ridículo, ajeno a su cuerpo, aturdido aún por los sedantes, se sentó al piano. Y entonces dio a luz la música.

2 comentarios:

Antonio dijo...

Está usted llevando el cuento a su mínima expresión y a su máxima calidad.

Enhorabuena.

Olga A. de Linares dijo...

Muchas gracias, Antonio. Un saludo cordial