domingo, agosto 24, 2008

Atrapado sin salida

Por tu causa, estoy condenado a repetir esta absurda ceremonia para siempre. Además, para empeorar la cosa, una corte de imitadores y reformuladores multiplica tu incordio en miles de variantes, sin que ninguna me exima de esta obligación original. ¡Y no tengo siquiera la esperanza de la extinción que hace rato alcanzó a mis congéneres de carne y hueso! Porque, es sabido, la literatura nos vuelve eternos, ¿no es así? Pregunto... ¿para qué quiere nadie una eternidad así? Estoy harto de esperar aquí, al pie de la cama, a que el imbécil durmiente abra los ojos y me vea, igual que cada día, y entonces recite otra vez la letanía, aquella, tu famosa frasecita del demonio... ¡Maldito seas, Monterroso!

2 comentarios:

Delfín Beccar Varela dijo...

Olga, muy ingeniosa mini!,

Llego por casualidad a tu blog, muy interesante, también soy un lector y escritor de micro relatos.

Te dejo una invitación para que conozcas mi espacio.

Saludos y nos seguiremos leyendo.

Delfín

Olga A. de Linares dijo...

Hola, he tratado de llegarme hasta tu blog aceptando tu invitación, pero no logro acceder a él... Espero que vuelvas por aquí y así sepas que te agradezco el comentario, y que me gustaría poder ver tus trabajos. Un saludo cordial