
La amó.
Ella, fiel a su naturaleza, solo se dejó amar.
Obsesionado, le regaló un mundo nuevo, orquestado por su pasión. También un amante, su “alter ego”, para así ingresar a un universo vedado a su realidad.
Pero la llegada inevitable del otro quebró el extraño triángulo. Estaba escrito que ella corriera a esos brazos. Aunque él, por boca del abandonado, se desangrara en palabras.
Desesperado, el 3 de marzo de 1875, ante gran número de testigos, Bizet hizo que su doble matara a Carmen por primera vez
Sin ella, duró apenas tres meses.
Y, a diferencia de la gitana, nunca aprendió el maravilloso arte de la resurrección.
2 comentarios:
Muy bueno Olga! Aplaudo en la primera vez. Seguro que también en la tercera, después de un tiempo caigo en el mismo cuento que ya comenté y vuelvo a comentarte, despistes.
Un beso,
Vivi
Gracias, Vivi, siempre es un gusto "verte" por aquí, con o sin despistes. Besotes
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