viernes, mayo 01, 2009

Ambiciones que matan

Los otros, que hagan lo que quieran, que se conformen con cualquier papelucho miserable. Pero así no van a salir nunca adelante. Yo...aspiro a mucho más que un renglón en una página perdida, un párrafo al azar, un capítulo prescindible. ¡Nada de eso! ¿Yo? ¡Yo quiero el protagónico! Pero las oportunidades hay que fabricárselas, no vienen en bandeja. Así que ya tengo todo bien planeado. No en vano he padecido tantas muertes, tantas desapariciones... Además, cualquiera sabe que un personaje puede llegar a ser tan fatal para el escritor como la mirada de Medusa. La próxima vez que éste, que se las da de Dios, se siente frente al teclado o agarre la lapicera, no le voy a dar tiempo a nada. Y una vez que me encargue de él, ¡otra será la historia!

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