miércoles, abril 24, 2013

ATROPELLO

Era un óvulo chapado a la antigua. Insistía en que no iba a dejarse fecundar por cualquier espermatozoide de paso, y no pensaba dejarse convencer de lo contrario. No le importaba que la modernidad hubiese cambiado usos y costumbres, ni estaba dispuesto a ceder en sus íntimas convicciones en aras de un supuesto progreso que, para él, estaba lleno de cuestionamientos éticos y morales. Pero el laboratorista hizo caso omiso de sus protestas. Ahora, obviamente embarazado, nadie presta oído a sus denuncias de violación.

2 comentarios:

juan carlos dijo...

muy bueno

Anita Morra dijo...

Hola Olga!!!
Muchísimas gracias por todas las bellas palabras que dejaste en mi blog :)
Realmente disfruté mucho ilustrando tus historias, ojalá en un futuro volvamos a trabajar juntas!

Un abrazo grandote!

Anita