martes, agosto 05, 2008

SILENCIOSAMENTE

Años acostumbrándose al silencio, a bajar los ojos, a hacer todo como él quiere. Años. Una vez se fue, él la trajo de vuelta. A golpes. Desde entonces, nunca más. Porque sabe que la va a encontrar siempre. Como el perro que es. Y está cansada. Harta de tener miedo, de temblar cada vez que se le acerca, de adivinar cuándo llegará el próximo puñetazo, la patada, el sopapo casi ritual. Una noche, mientras él duerme la borrachera, ella, silenciosamente, se levanta, se viste. Luego, silenciosamente, va a la cocina y abre las llaves del gas. Sale de la casa silenciosamente. Respira hondo el aire callado de la noche y, siempre en silencio, enfila para la estación. Imagen: Pablo Picasso

1 comentario:

Anónimo dijo...

Silenciosamente, para que nadie la espíe.

Saludos